domingo, 25 de abril de 2010

Hay que arrancar la semana...

Domingo, casi las ocho de la noche. En un par de horas arranca la semana. Agenda completa. No tengo ningún día libre – y eso que me refiero a la libertad post 5 de la tarde, cuando salgo de la oficina.
Me cuesta mucho encarar estas semanas. Me canso de solo pensar en todo lo que tengo por delante. No será ni la primera ni la última que me encuentre ocupada de lunes a viernes, y en general el saldo final suele ser positivo. Muchas veces son semanas repletas de actividades pero son improvisadas – van surgiendo cosas, voy generando yo misma algunas y cuando llega el sábado me encuentro tirando los tomates que están hace una semana sentados en la heladera porque no comí ni una noche en casa. Y hago el repaso para atrás y veo que bien que lo pasé, que buenos programas salieron… Pero cuando tengo la agenda completa a futuro para toda la semana me da un poco de claustrofobia. Saber que si quiero no puedo meterme a la cama temprano una noche con un buen libro y un te calentito…

Va a ser una buena semana. Despedida de otro grupo de alumnos, recital con amigos, buenos programas. Pero más vale que me lo tome día por día porque sino me agoto antes incluso de empezar….