miércoles, 23 de diciembre de 2009

2009 / 2010

El fin del 2009 me encuentra un poco triste. Igual no es raro, los fines de año me suelen pegar más bien para abajo.

El fin el 2009 me encuentra añorando olor a mar, aun cuando no soy fanática de la playa. Me encuentra con ganas de sentarme a tomar un café con leche en un bar de barrio a pesar de que el calor atenta contra mi deseo de bebidas calientes. Me encuentra con inseguridades renovadas y algunas nuevas.

La lista de highlights del 2009 se centra en el nacimiento de Mirko, en el anuncio de próximos bebes muy deseados por queridas amigas, en Hernan y su corazón de oro, en un grupo de amigas que surgió de la nada y me devolvió un sentido de pertenecia. Y un beso tuyo, una noche.

La lista de malos momentos es mucho más extensa, mucho más tupida, mucho más oscura. Creo que es mejor dejar de lado la enumeración. Pero si es cierto que queremos que el 2009 termine y se lleve muchos tragos amargos que dejaron alguna cicatriz en el corazón.

El 2009 me deja con un nuevo tattoo, un corte de pelo, una cicatriz en la mano, la biblioteca en casa, un poco más de dinero en el banco, bastantes más canas y unas cuantas lágrimas derramadas. Amigos nuevos y amigos que se extrañan. Y muchos signos de pregunta.

Arranca la época de hacer listas. Las cosas por hacer, los deseos por cumplir, las metas del 2010. También está como ese envión de energía que me hace un poco más productiva aunque sea por unos días. Veremos que se trae el 2010…